Paldiski, ciudad en ruinas en Estonia

Paldiski

De alguna manera las ciudades de Europa del Este están salpicadas de los sucesos históricos y políticos que se sucedieron en esta parte del continente durante el siglo XX, en especial en la época de la Guerra Fría. Situada en la península de Pakri, Estonia, Paldiski es quizá uno de los sitios que mejor revelan los conflictos de entonces. Durante esa etapa la ciudad fue la mayor base de submarinos nucleares de la Unión Soviética, lo que devino en una intensa, con cerca de 16.000 puestos de trabajo que giraban en torno a la base y una gran cantidad de edificios militares, alambres de espino y bloques de hormigón.

Una vez finalizado este período de la historia, la ciudad quedó en el olvido y así es como hoy subsiste con apenas 4.000 habitantes que viven en medio de los edificios en ruinas y de los restos de lo que alguna vez fuera una localidad activa y pujante.

El pasado de esta ciudad de Estonia se remonta al viejo puerto Baltiyskiy Port, construido por los rusos en el siglo XVIII. En torno a él surgió esta ciudad que luego fue poblada por los suecos, quienes permanecieron allí hasta la Segunda Guerra Mundial.

En 1962 Paldiski pasó a ser un centro entrenamiento de submarinos nucleares de la Marina Soviética y desde entonces el pasado bélico ha teñido cada rincón de la ciudad y los restos de ese período intenso se pueden apreciar tanto en las antiguas bases militares y fábricas en ruinas como en los numerosos edificios de apartamentos en bloque que aún permanecen en pie, aunque decayendo año a año. Con sus paredes que han sido pintadas de colores vivos para contrarrestar el paso del tiempo y el panorama gris de una ciudad en permanente decadencia.

paldiski estonia

Situada a 50 kilómetros de Tallin, lo que queda de Paldiski parece un escenario de película y tal vez por eso muchas escenas de filmes ambientados en la ex URSS han sido filmadas allí.

El futuro de Paldinski es incierto, hay quienes intentan que vuelva a la vida con proyectos ecológicos o bien con obras de la ingeniería, como la construcción de un puerto privado de mercancías, pero quizá sea algo difícil quitar los espinos que han calado hondo en el corazón de esta ciudad perdida, tarea que probablemente demore varias décadas.

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Categorias: Estonia



Comentarios (1)

  1. Ramiro Jiménez González dice:

    Lo que queda del ánimo belicoso del hombre.
    Los pocos habitantes que sobreviven en lo que fuera ciudad pujante, deben de hacer un gran esfuerzo por tratar de borrar los signos del pasado y mostrarla como un remanse de paz, como un ejemplo a seguir en parecidas circunstancias.
    Felicito a la autora del artículo, por su objetividad.