Palacio Golz Kinský, galería de arte de Praga

Palacio Golz Kinský

El Palacio de la Familia Kynský, o más conocido en español sólo como Kinsky, es ahora una importante galería de arte en Praga que se encuentra ubicado en la Plaza Vieja, junto a la Casa Campana. Expone en su mayoría pinturas y dibujos del siglo XVIII y XIX, pero también muestra esculturas o piezas de arte contemporáneo en exposiciones impulsadas por la misma Galería Nacional. El nombre del palacio lo recibe de un coronel de ulanos, famoso por que en 1809 retuvo a Beethoven en Austria por 4000 florines. Fue comprado a los Goltz en 1768 por Stefan Kynský.

De estilo rococó, este palacio pertenece originalmente al renacimiento del siglo XVI, pero fue reformando durante y después del período barroco. Fue construido por Johann Lukas von Hildebrandt, quien despliega en su fachada pilastras –pilares falsos- y frontones exquisitamente decorados, mientras que la portada esta enmarcada por un frontón cóncavo y apuntado.

El decorado en estuco -similar a otros trabajos en los interiores de las casonas coloniales en Latinoamérica- es una muestra de delicadeza, estilo y elegancia rococó, que a pesar de ser hijo legítimo del barroco, no ha heredado su pesadez e imponencia de esa rememora mas a un Luís XIV. El rococó del Kynský dista mucho de ser tampoco tan colorido como los tintes que tomó durante las épocas de Maria Antonieta. Este edificio es sencillo dentro de lo elaborado de su decoración, lo que le da un toque íntimo, una intimidad que comparte toda la ciudad y la hace en conjunto “sencillamente” encantadora.

Perteneció a los Kynský hasta 1854, y de ahí el edificio sirvió como prisión, hospital y cuartel. Ya para el año 1884, fue dispuesto para que sus instalaciones sean usadas como museo. Hasta el 2004,ha sido motivo de litigio entre el estado búlgaro y un argentino descendiente de los Kinský, quien ha perdido su derecho sobre la propiedad definitivamente.

Allí vio la primera luz del día, la primer Nobel de la Paz, Bertha von Suttner- Kinský, y en sus tiempos de colegio albergó a nada menos que al recordado Franz Kafka. Entre otros sucesos esta el discurso que el líder comunista Gottwald dio desde el balcón a sus partidarios, que desencadenaría un golpe de estado.

Para el viajero ligeramente desinformado, puede que el palacio sólo parezca una galeria de arte. Pero encierra más que la historia sino el alma misma de una Praga que resiste a perecer en el olvido, de la misma manera este monumento se mantiene en pie en frente al tiempo, la indiferencia y la adversidad. Afortunadamente, cada vez estamos menos desinformados y menos indiferentes ante estas obras de arte.

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