Los baños termales de Hungría
Además de ser un país con una fuerte historia, Hungría es territorio dedicado a la salud, al menos si analizamos algunas de las ciudades más importantes del país. En algunas localidades podemos encontrar un gran número de manantiales medicinales que son la mejor receta para quienes padecen de dolores coporales y otras dolencias.
La historia de los baños termales húngaros se remonta a la época en que los romanos ocupaban las regiones al oeste del río Danubio. Fue allí donde fundaron Aquincum, una sede dedicada a las aguas medicinales con efectos terapéuticos. En varios puntos de la zona de Óbuda también crecieron estos baños y aún hoy se pueden apreciar las huellas de su presencia.
Entre 1541 y 1686, cuando los turcos dominaban la zona también nacieron numerosos baños que servían tanto para asearse como para alivianar dolencias. Algunos de ellos permanecen en pie y han logrado sortear los embates del tiempo con estoicismo, intactos hasta el día de hoy.
Una de las ciudades en donde se pueden observar estos manantiales es en la capital húngara. Budapest conserva muchos de ellos e incluso estableció una serie de inversiones turísticas en torno a ellos, lo que provocó un crecimiento de los visitantes nacionales y extranjeros que a lo largo del siglo XX transformaron la capital en una ciudad balnearia. Lamentablemente, hoy su población apenas visitan los baños con excepción de algunas fiestas especiales como la de Cinetrip, cuya primera edición fue en 1998.
Entre los balnearios más conocidos de Budapest están:
- Balneario Király (distrito II. c/F?, no. 84.)
- Balneario terapéutico Rudas (distrito I. plaza Döbrentei no. 9.)
- Balneario Gellért (distrito XI. c/Kelenhegyi, no. 4.)
- Balneario Lukács (distrito II. c/Frankel Leó, no. 25-29.)ç
- Balneario Széchenyi (distrito XIV, Avda. Állatkerti, no. 11.)

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