Kotor, la pureza de Montenegro

Kotor

Hay naciones cuyo nombre incita a la poesía. Montenegro es una de ellas. ¿Quién no quiso alguna vez ser montenegrino? No por nada, sólo por la satisfacción de poder contemplar en su pasaporte el gentilicio y repetirlo con avaricia: montenegrino. Evohé.

Montenegro no es sólo un nombre, un flatus vocis que dirían los antiguos. Montenegro tiene sustancia, chicha, y tiene tanta que parece mentira que quepan tantas cosas en tan poco. Mirad un atlas: qué pequeñito. Visitadlo y descubriréis algo inmenso. Pequeño gran país, montañoso y mediterráneo.

Visita a Kotor, en Montenegro

Pues bien, en el sur, en la costa, hay una ciudad histórica que permanece vigilante. Kotor, la ciudad de los cátaros, es decir, de los puros. De hecho, en italiano se sigue llamando Cattaro, y los italianos, en concreto los venecianos, estuvieron por aquí durante siglos.

Centro de Kotor

En realidad Kotor está en el interior de una bahía salvaje, franqueada por altas cadenas montañosos que se han comparado repetidamente a los fiordos noruegos. La ciudad está circundada por una muralla defensiva que se conserva impecable. Impresiona, sin llegar a saberse si en realidad se inscribe en el litoral o circunscribe a la propia ciudad. Bah, palabras, palabras que desatienden lo esencial.

Y lo esencial en Kotor es todo. El olor del mar, el fondo permanente de las montañas, las estrechas calles recorridas desde hace milenios, las iglesias de influencia italiana, los edificios en ruinas. Edificios como el templo veneciano, abatido por el cansancio y pronto engullida por la vegetación, cuyo campanario se mantiene en pie sin pedir auxilio: eso es dignidad.

La catedral de San Trifone, en cambio, no teme por los rigores de la edad, con sus hermosas torres sonrientes. Tampoco las cerca de treinta iglesias que pueblan la ciudad amurallada, a cada cual más imponente y antigua. Cada iglesia lleva consigo el secreto del urbanismo amable de otra época. En efecto, muchas de ellas dan lugar a plazas y espacios que se abren para disfrute ciudadano.

Catedral de San Trifón en Kotor

Catedral de San Trifón, en Kotor

Porque el centro histórico de esta hermosísima ciudad es un conjunto armonioso de plazas, fuentes y surtidores, rodeadas por verdaderos palacios donde se rastrea la lujosa mano veneciana, bajo la atenta mirada de unos montes tan altos y cercanos que da la impresión se puedan tocar con la mano. Si hay destinos que merecen la pena, entre ellos se encuentra la antigua Cátaro.

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