Timisoara, flores y cultura en Rumania
Timisoara es considerada una de las ciudades más importantes en la parte occidental de Rumania. Es una ciudad muy agradable, llena de parques y jardines, y un buen lugar para detenerse durante algún tiempo. Su arquitectura se asemeja a la observada en Viena, la capital de Austria.
Con más de 12 instituciones de profesionales de la cultura y una tradición espectacular de teatro (3 teatros de propiedad estatal en varios idiomas), es el segundo centro cultural de Rumania, después de Bucarest.
Con los años, Timisoara, ha sido influenciada por diversas comunidades étnicas, especialmente alemanes, húngaros, serbios y otros como búlgaros, italianos, palestinos y griegos. Esta herencia cultural diversa es el elemento distintivo y más atractivo de la ciudad. Timisoara es el hogar de actuaciones musicales y teatrales durante todo el año, galerías de arte, museos y una animada vida nocturna.
Se puede decir que es una ciudad con mentalidad progresiva, Timisoara fue la primera ciudad en Europa y segunda del mundo después de Nueva York, en utilizar la electricidad para iluminar sus calles públicas (1884), y además fue la segunda en introducir un tranvía tirado por caballos (1867).
En las últimas décadas es famosa principalmente por la revolución de 1989, cuando los rumanos se deshicieron de su dictador Ceau?escu. Todo comenzó en la ciudad y se puede ver en la ella algunos de los monumentos a las víctimas. Hay edificios, especialmente en el centro, que aún conservan las huellas de la Revolución, como las balas en sus paredes.
Gracias a su clima suave, Timisoara tiene un montón de plazas públicas y retiros llenos de verde. La ciudad es fácil de explorar a pie, pero si te cansas un tranvía estará al lado de algún momento, el sistema es rápido, frecuente y eficaz. Timisoara abunda en iglesias de varias denominaciones, un barrio judío, la elegante plaza barroca y una zona peatonal en el centro.
Algunos de los monumentos en el centro de la ciudad tienen vistas panorámicas, mientras que los muchos parques en esta «ciudad de las flores» proporcionan un lugar idílico para tomar un descanso.
Numerosos festivales, especialmente de arte y juventud, han traído el antiguo título de Timisoara a la vida: «Timisoara, la pequeña Viena».

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