Que ver en Bratislava
La ciudad de Bratislava, capital de Eslovaquia, es relativamente pequeña, pero en ella hay mucho que ver. En esta joya que descansa a orillas del Danubio y que cuenta con cerca de medio millón de almas entre sus fronteras, descubriremos numerosos tesoros arquitectónicos e históricos. Vamos a ver lo más representativo de la capital eslovaca.
El Castillo de Bratislava se eleva a 85 metros sobre las aguas del Danubio, siendo parte fundamental de su paisaje y quizá el más representativo de sus edificios. Construido por Segismundo de Luxemburgo a partir del siglo XV, en el terreno que antes ocupara una fortaleza del siglo X. Siglos después, en el año 1562 se reformaron varias partes del castillo en estilo renacentista y en 1649 se volvió a edificar, esta vez al estilo del barroco. También hubo una época, tras el incendio de 1811 y hasta 1950, en que el castillo estuvo casi abandonado. En nuestros días, el castillo funciona como sede del Museo Nacional de Eslovaquia y como centro de reuniones para la Asamblea Nacional.
La Catedral de San Martín se encuentra frente al Castillo de Bratislava, es la más importante de las iglesias de la ciudad. Construida en estilo gótico (un poco más carente de adornos que sus contemporáneas), ha servido como sitio oficial para las coronaciones y en lo alto de su torre se encuentra una representación de San Esteban a lomos de un caballo y ataviado con vestiduras de jinete húngaro, una estatua cuyo peso alcanza los 300 kg.
El Ayuntamiento de Bratislava es uno de las más hermosas construcciones de la ciudad. Situado frente a la plaza de Hlavné Neméstie, fue construido uniendo distintos edificios burgueses y destaca sobre todo la exquisita decoración del tejado. En su torre defensiva hay una marca del año 1850, que señala la altura a la que llegaron las aguas durante las inundaciones.
El Palacio del Primado es un palacio al más bello estilo del renacimiento y que fue construido en el siglo XVIII. Su decoración no pasa inadvertida a ningún observador, entre otras razones por el enorme sombrero del cardenal (de más de 150 kg) que preside lo alto de su fachada.
El Palacio Grassalkovich, que data de entre los siglos XVIII y XIX, se encuentra en la avenida Suché Myto y antiguamente sirvió como residencia veraniega del Conde Grassalkovich. A día de hoy es la morada del presidente de Eslovaquia y sus hermosos jardines están abiertos las visitas.
La Puerta de San Miguel es uno de los emblemas de la ciudad, y es parte de la antigua muralla que protegía la ciudad durante la edad media. El kilómetro 0 del país se encuentra bajo esta puerta y desde ella se toman las referencias para medir distancias entre ciudades. Dentro de la Puerta de San Miguel hay un pequeño museo dedicado a las armas medievales y además está junto a la vivienda más estrecha de toda Europa.
El Puente Nuevo y la Pirámide Invertida son dos construcciones realmente inusuales, que dan aun más color al paisaje de Bratislava. El Puente Nuevo posee una torre que se eleva nada menos que a 95 metros de altura y en su cima, hay un curioso restaurante con forma de platillo volante, uno de los mejores lugares para sacar fotos de la ciudad. Por otra parte, la Pirámide Invertida funciona como estudio principal de la emisora de Radio Nacional Eslovaca desde el año 1985.
El Cementerio Slavín, en el que reposan más de 6500 soldados soviéticos, fue construido en el año 1960 con motivo del 15 aniversario de la liberación de Bratislava, así como de otras ciudades del territorio nacional.
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