Cómo celebrar la Navidad en Praga
Nadie puede negar que Praga sea una de las ciudades más bellas de toda Europa. Centro turístico por excelencia, cuenta con un encanto medieval al que pocos pueden resistirse. Si a este embrujo innato le sumas la Navidad, el resultado puede ser escandalosamente hermoso; y es que a pocas ciudades les sienta tan bien la época navideña como a la ciudad dorada.
En Europa Central hace frío, de eso no nos vamos a librar, pero la nieve y las bebidas calientes dotan de mayor atractivo las calles de esta ciudad de la República Checa. Decorados luminosos, árboles enormes y escenarios que bien podrían estar sacados de un cuento de Charles Dickens.
Alrededor de cuatro fines de semana antes de Navidad se comienzan a instalar todos los mercadillos navideños, esos que nos gustan tanto. Allí podremos encontrar comida, bebida y objetos típicos de toda la región. Cristal de bohemia, joyería hecha a mano, juguetes e incluso ropa. De estos mercadillos navideños el más popular es el del casco antiguo y el de la Plaza Wenceslao, con artículos navideños repartidos en más de 70 tiendecitas.
Cabe destacar que en la plaza de la Ciudad Vieja, en ocasiones, también podemos encontrar ovejas, cabras y burros, una gran representación del Belén más tradicional en un pequeño establo de madera.
No obstante, lo que más impresiona es el enorme árbol de Navidad. Un árbol que es traído de las montañas de Krkonose y que se viste con hasta 100.000 luces, las cuales se encienden a partir de las 17:00 de la tarde. Si tenemos en cuenta el encanto de esta plaza, con el reloj de Praga y la silueta de la iglesia Nuestra Señora de Týn, tendremos como resultado un ambiente de lo más mágico.
No debemos olvidar que esta musical ciudad, que ya de por sí durante el año ofrece numerosos conciertos, en esta época del año programará conciertos de Navidad especiales, ya sea en la prestigiosa Ópera estatal o en cualquiera de las iglesias de la ciudad. Así, desde el 25 de diciembre y hasta el 9 de enero, podemos informarnos de cuáles son los eventos musicales en la misma y decidir a cual ir.
Evidentemente, tendremos las típicas atracciones que permanecen abiertas durante todo el año. Visitas culturales que no debemos olvidar por mucho que nos invada la magia navideña. El precioso complejo del Castillo, con la Catedral de San Vito (y sus espectaculares vidrieras), el Callejón del Oro, el Antiguo Palacio Real o las diferentes Torres; el famoso puente de Carlos; la Torre de la Pólvora; la Casa Municipal; el Clementinum; la Iglesia de San Nicolás; o el imprescindible barrio judío con todas sus sinagogas.
Por otro lado, también resulta más que curioso las costumbres populares de los ciudadanos de esta hermosa ciudad durante estas señaladas fechas. Estas costumbres pueden ir desde lanzar un zapato para encontrar pareja hasta guardar las escamas de la carpa (un pescado muy común y consumido en Praga) debajo del plato para que tengamos un año bueno.
En Nochebuena las familias practican el ayuno y la cena comienza muy temprano, más o menos con la aparición de la primera estrella, que suele ser sobre las seis de la tarde. Durante esta cena se sirve sopa de pescado como primer plato y de segundo carpa a la Milanesa con ensaladilla rusa. Las mesas se adornan con muchísima fruta y de postre, además, se comen las tradicionales galletas de Navidad, que las amas de casa han estado preparando durante una semana antes.
No obstante, de todas las fiestas, quizá la fecha más especial sea la de Nochevieja, la cual se celebra en la Plaza de la Ciudad Vieja. Durante esta noche, los ciudadanos se congregan cada año en el impresionante Reloj Astronómico, esperando que las campanadas suenen y terminen con una serie de fuegos artificiales y conciertos especiales.
Foto 1 vía: Borya

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