El Mausoleo de Khoja Ahmad Yasavi, patrimonio de Kazajistán
Situado al sur de Kazajistán, concretamente en la ciudad de Turkestan, provincia de Kazajistán Meridional, encontramos una de las maravillas más interesantes del país, el Mausoleo de Khoja Ahmad Yasavi o Mazar de Khoja Ahmad Yasavi, un edificio inacabado que ha sido considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco de Kazajistán, y que además es uno de los edificios mejor conservados de la dinastía Timúrida.
Para hablar del Mausoleo de Khoja Ahmad Yasavi, es necesario hablar de Tamerlán, caudillo turcomongol que fue uno de los militares asiáticos más importantes de la época. Tras éxitos desde Delhi hasta Moscú, este hombre de armas fue el encargado de fundar la dinastía Timúrida. Así, en 1389, Tamerlán comenzó a construir este mausoleo como signo evidente del poder y soberanía de esta gran dinastía.
Lo cierto es que el edificio actual se levantó para sustituir otro del siglo XII construido en honor al famoso sufí el maestro, Khoja Ahmad Yasavi.
Tamerlán se esforzó al máximo en esta descomunal obra creando así un edificio con medidas faraónicas. Se trataba de un mausoleo rectangular de unos 39 metros de alto. Fue construido en ladrillo con mortero y revestido de azulejos, como los edificios timúridas de Samarcanda.
Tamerlán no escogió a cualquiera para realizar esta obra. Tenía que salir bien. Por este motivo confió este trabao a los mejores maestros de obra del imperio persa, todos ellos dirigidos por Khwaja Hosein Shirazi.
La parte más espectacular y la que más problemas supuso para la época en la que se construyó el mausoleo, fue la cúpula. Se trata de una doble cúpula de unos 28 metros de altura y 18,2 metros de diámetro. El exterior fue recubierto por preciosas y llamativas piezas de cerámica verde. Podemos decir que se trata de la mayor cúpula de Asia central.
Desgraciadamente el edificio no se terminó. Cuando Tamerlane murió en 1405 la obra quedó completamente abandonada. Al parecer, los gobernantes que le sucedieron no sintieron tanto amor por este edificio. Aunque evidentemente es una lástima, lo cierto es que el no haber interferido en las partes ya construidas ha logrado que hoy por hoy disfrutemos de un edificio original bastante bien conservado. Sin duda una visita obligatoria para todo amante de la arquitectura. Un monumento de esos que merece la pena visitar.
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