Los Acuerdos de Dayton, fin de la guerra de Bosnia
La Guerra de Bosnia encontraría su fin en el Acuerdo Marco General Para la Paz en Bosnia y Herzegovina, o más conocido como los Acuerdos de Dayton o Protocolo de París. Así, en noviembre de 1995 se ponía fin a un sangriento conflicto que había comenzado allá por el año 1991, dejando atrás muchas víctimas, refugiados e incontables daños materiales a todo el Patrimonio Histórico de la zona de los Balcanes.
La conferencia en la que se cimentó el tratado, celebrada en Dayton, Ohio, entre el 1 y el 21 de noviembre de 1995, fue impulsada por personalidades como el entonces presidente estadounidense Bill Clinton así como los principales dirigentes de los estados inmersos en el conflicto, como el presidente serbio Slobodan Milosevic, el croata Franjo Tudjman o el bosnio Alija Izetbegovic.
El acuerdo se firmó en París, un mes más tarde, el 14 de diciembre, momento en el que los estados balcánicos ponían sobre la mesa sus cartas y aceptaban respetar la Carta de las Naciones Unidas. Era hora de llegar a un acuerdo que por fin pusiera paz en uno de los conflictos europeos más dolorosos de los últimos tiempos.
Fueron en total 11 los anexos de este tratado, que abarcaron varios temas en los que, entre otras cosas, se hablaba de fronteras. La República de Bosnia y Herzegovina se constituiría como una república federal con capital en Sarajevo. Esta república estaría formada, a partir de ese momento, por dos entidades completamente autónomas. Por un lado, la Federación de Bosnia y Herzegovina, con una población musulmana y croata en su mayoría, y por otro lado la República Srpska, con una población mayoritariamente serbia.
Otro punto importante que se trató fue el regreso de la soberanía croata sobre Eslavonia oriental, que había sido ocupada por los serbios.
En otro orden, este acuerdo preveía un restablecimiento de la libertad de movimiento. Así, facilitaban el regreso de aproximadamente 680 mil personas que se vieron obligadas a desplazarse por el conflicto. No obstante, esta medida no contó con tano éxito como otras.
Se trataron además aspectos militares, estabilización regional, el tema de las elecciones democráticas, aspectos sobre la defensa de los derechos humanos, asistencia a los refugiados, la creación de una Fuerza Internacional de Policía y aspectos civiles del arreglo de la paz.
Por último, se creó la Oficina del Alto Representante, una institución que se encargaría de observar y controlar la puesta en marcha y el desarrollo de todos los aspectos civiles que se recogieron en este acuerdo de paz.
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