Detalles y curiosidades sobre Lituania

Vista de Vilnius Lituania

A pesar de su relativamente pequeño tamaño (tiene 65.000 km2.), Lituania cuenta con cinco regiones etnográficas, cada una con sus propias tradiciones, cultura y gastronomía, lo que permite que un viaje a este país sea una continua sucesión de diferentes sensaciones y recuerdos. De forma general, podemos vivir algo de estas tradiciones en un único lugar si visitamos el Museo Etnográfico de Rumsiskès, uno de los mayores museos al aire libre de Europa.

Precisamente, en este apartado, el museístico, Lituania cuenta con el museo de arte más grande de todas las ex-repúblicas soviéticas, el Museo Nacional, emplazado en un lugar histórico, en lo que antiguamente era un impresionante castillo.

Lituania es un país que destaca por su tolerancia religiosa. Su capital, Vilnius, simboliza esta tolerancia por la variedad de cultos que exhibe en más de sesenta iglesias y lugares religiosos solo en su casco antiguo. Tanto es así que hay un dicho entre los lituanos según el cual, dicen, no hay una esquina en su patrimonial casco urbano desde la que no se vean, al menos, tres cúpulas o torres.

El casco antiguo de Vilnius, el más grande de toda Europa central y oriental, reconocido como Patrimonio Mundial de la Humanidad, destaca no solo por su monumentalidad barroca, sino por el intenso verde de sus parques y jardines. Es la naturaleza la que parece dominar sus calles hasta el punto de que dicen de Vilnius que es una ciudad dentro de un parque. Eso hace que su aire sea nítido y limpio, y que resulte tan agradable de pasear, a pesar de su relativo pequeño tamaño. No en vano también está considerada como la capital de Europa con el aire más limpio.

Una de las formas más originales de ver la belleza de esta parte de la ciudad es hacerlo en globo aerostático. Vilnius es una de las tres ciudades europeas que permite este tipo de aventura, de modo que ¿por qué no aprovecharlo y vivir una experiencia diferente?

Son los lituanos amantes de la cultura, de la música clásica, del teatro, del jazz; por eso, la ciudad cuenta con batantes locales donde oir buena música y pasar una buena velada acompañado. Son también muy tradicionales con sus costumbres, que observan con rigurosidad. Un buen momento para vivir parte de esas tradiciones es en la Fiesta de la Primavera que suelen celebrar en torno al mes de marzo, en el que se pueden ver desfiles, probar la más rica gastronomía lituana o comprar artículos típicos hechos a mano o recuerdos tradicionales, entre ellos el afamado ámbar lituano el cual usan incluso en medicina o gastronomía. Muestra de esa pasión por la cultura es el reconocimiento a nivel internacional de Vilnius como Capital Europea de la Cultura en el año 2009.

La gastronomía lituana está basada en los productos de temporada pero sobre todo, es muy natural, con productos nacionales, en los que abundan las patatas, la remolacha, el centeno o las setas, de las que tanto pueden presumir y cuya recolección consideran casi un deporte. También gusta mucho el queso negro tomado con pan de centeno y miel, y, sobre todo, el plato tradicional por excelencia, el Cepelinai, un plato elaborado con puré de patatas relleno de carne picada y acompañado normalmente de setas o queso cuajado. Un último consejo: probad el kepta duona. Es pan frito, simple y llanamente, pero acompañado con una salsa de queso y ajo en la que mojar y con pescado ahumado traído del Báltico. Para los lituanos es un vicio. Además, acompañadlo de cerveza o el llamado vino del norte, que no es tal vino, sino más bien un licor tradicional elaborado con miel.

Para llegar a Lituania, hay vuelos directos desde Barcelona a Vilnius, y además, según anunció la oficina de turismo de Lituania en la recién finalizada edición de Fitur, la Feria Internacional de Turismo, desde el 29 de marzo, directos desde Madrid.

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Foto via Wkp de Kulmalukko

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Categorias: Lituania



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